Friday, August 15, 2014

CUADERNOS DE JOHN ADAMS, No. 8

AM | @agumack

"Checks and balances are our only security" — John Adams

[1] Ratings I. Muy pronto saldrá una breve nota mía en El Economista de Buenos Aires sobre el vínculo entre solvencia, ratings crediticios y calidad institucional. El vínculo es obvio—aunque no veo mucho debate sobre el tema en la Argentina. Hace algunos días encontré un interesante paper dedicado a este tema (*). Según Alexander Butler y Larry Fauver:

The quality of a country's legal and political institutions play a vital role in determining these ratings [...] We find strong support for our hypothesis that a strong legal environment has a strong positive effect on sovereign credit ratings. Using a large cross-section of developed and emerging markets, we show that among the set of determinants we study, the legal environment is amongst the most (and generally the most) important factor influencing a country's credit rating.

¡Bingo! ¿Es necesario recordar que, a mayor calificación crediticia, mayor oferta de crédito?

(*) Alexander W. Butler & Larry Fauver: "Institutional Environment and Sovereign Credit Ratings", Financial Management, 2006, pp. 53-79.
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[2] Ratings II. Un día después de las elecciones presidenciales de Turquía, la agencia Fitch publica un informe particularmente interesante desde la perspectiva del vínculo entre calificación crediticia y solidez institucional (*). El triunfo electoral —en la medida que anticipa el monopolio del poder político en manos del Sr. Erdogan— es visto como negativo desde la perspectiva del riesgo crediticio: "... we expect political risk to remain a credit weakness that could lead to a negative rating action if it adversely affects government effectiveness and policy predictability". Note la referencia a policy predictability: es el típico policy risk de un régimen carente de contrapesos institucionales—una situación analizada en su momento por el genial Montesquieu [ver].

Y ya que hablamos de la ausencia de contrapesos en Turquía, te dejo con esta frase de Felipe Sahagún escribiendo para El Mundo:

La victoria del tres veces ya primer ministro Recep Tayyip Erdogan puede significar la sustitución del sistema parlamentario por otro presidencialista puro, como el estadounidense, su preferido, o a medio camino como el francés. Sin los contrapesos y controles constitucionales de EEUU y Francia, Turquía se convertiría en una autocracia.

(*) Fitch: "Political Risk Still High in Turkey Following Erdogan Win", 11 de agosto de 2014.

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[3] Ecuador. Muy buena nota de Gabriela Calderón de Burgos sobre la entrada en vigor del nuevo Código Orgánico Integral Penal (COIP) en Ecuador (*). El presidente Correa continúa su lucha por destruir lo poco que queda en materia de contrapesos institucionales. (De hecho, el único contrapeso que subsiste es ... la dolarización).

El artículo 307 tipifica el delito de “pánico económico”, que contempla una pena de cinco a siete años de cárcel a personas que expresen informaciones que las autoridades estatales juzguen “falsas” y que atentan contra una serie de conceptos subjetivos. Es un delito que les da rienda suelta a las autoridades para silenciar a quienes incomoden informando acerca de temas económicos.

La Sra. Calderón de Burgos pone de relieve el vínculo entre la ausencia de independencia judicial y la desaparición de la libertad de prensa. El presidente Correa juega con fuego. Este desastre solo se sostiene gracias al 'boom' de liquidez global—por ahora.

(*) Gabriela Calderón de Burgos: "Delito de pánico económico", El Universo, 15 de agosto de 2014.
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